Eximio pianista y compositor, partía a la eternidad un 21 de abril de 1941… En su alma bullían melodías que solo tras exhaustivo análisis llevaba a la partitura. Riguroso autocrítico de su labor, no cedía un ápice en cuanto al perfeccionamiento de la misma. Cual novel ejecutante se ubicaba diariamente un par de horas junto al piano; de sus ágiles manos surgían escalas y ejercicios de digitación, abstraído de cuanto le rodeaba. Le deleitaban, por su modulación, los valses de Waldteufel.
Nació en la localidad bonaerense de Las Flores y cursó estudios primarios hasta el tercer grado, luego continuó aprendiendo solo y merced a su vocación musical un tío le enseñó rudimentos de guitarra. Esa aptitud musical se remonta a la niñez, época en que con su familia pasó a residir en la ciudad de Buenos Aires.
Acerca de sus comienzos, Héctor y Luis Bates refieren: «Carnaval perdona todo; durante las fiestas de Momo todo se permite… ¡hasta que un chiquilín de ocho años integre la orquesta de Los Artesanos, remedando en la guitarra el arte insuperable de los maestros de la época! Así empezó Agustín Bardi su carrera artística.» Señalemos que Los Artesanos de Barracas constituían una famosa agrupación carnavalesca en la cual Agustín fue mascota.
Ya en su edad madura emanaba de su cabeza cierto aire profesoral, distaba de poseer espíritu risueño y comunicativo. No nos lleve a suponerle un resentido, ni menos un misántropo. La vida le impuso temprana y constante lucha, debió enfrentar ocasiones adversas y los recursos eran magros.
Laborioso y resuelto, veló por los suyos y aún dispuso de tiempo para satisfacer su vocación. No le brindó holgura material su obra musical, acaso ello no le preocupara, pues en definitiva fue un creador que con indoblegable tesón deseaba aprender y acrecentar su saber.
Podemos definirle como músico hasta la fibra más honda e idealista sincero, cuya prematura desaparición le impidió su firme propósito de dedicarse a componer repertorio melódico.
¿Supondría exhausta su inspiración para el tango quien nos ofreciera títulos inolvidables? Enumeraremos seguidamente algunos títulos que llevan su firma. Entre los tangos: “Vicentito”, “Lorenzo”, “Gallo ciego”, “C. T. V.”, “¡Qué noche!”, “La última cita”, “Nunca tuvo novio”, “El cuatrero”, “El rodeo”, “Chuzas”, “Barranca abajo”, “Cabecita negra”, “El abrojo”, “El pial”, “Adiós, pueblo”, “La racha”, “El paladín”, “Independiente Club”, “La guiñada”. “El baquiano”. “El taura”, “Se han sentado las carretas”, “Polvorita”, “Florcita”, “Pico blanco”, “Gente menuda”, “El buey solo”, “La última cita”, “Tiernamente”, “Tierrita”, “Rezagao”, “Misterio”, “Sin hilo en el carretel”, “Amén”, “Florentino”, “Golondrina”, “Cachada”, “No me escribas”, “Madre hay una sola”, “Triste queja”, “En su ley», “Acuérdate de mí”, “Las 12 menos 5”, “Se lo llevaron”, “A la sombra del recuerdo”, “Confidencia”, “Oiga compadre”. Los valses “Flirteando”, “Nocturno” y la ranchera “Tené cuidao”.
Sin dudarlo: «UN GRANDE» !!!